Como un sueño inconcluso, quedó idilio pendiente en tu tórax henchido gime en sombra la espera y en durmientes del río la horca de árbol paciente pende profunda tristeza, con pajar en estera
La punzada del verbo se afilaba insistente incomprensión rodaba por bordes de ladera el agobio asfixiante de un adiós eminente con los ojos hundidos mostraba calavera
Vana pretensión de ambos de sujetar las horas el crepúsculo abrió los brazos en claras ascuas y se ajustaba la horca… sin celebro de pascuas
Manos se distanciaron con llegadas auroras tú y yo hasta el final, no queríamos separarnos pero nos alejamos… ansiando más amarnos
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