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Rondando por mi estancia la he tenido
diáspora oscura, casi impenetrada,
dejándome tal vez sin el sentido
de no ser yo...quien pena desvelada.
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Es un trozo de muerte sostenido
un jirón entre sombras...luz quemada,
una risa apagada sin sonido
que estruja el alma muy de madrugada.
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Te he sentido rasgándome el insomnio
tu cola puntiaguda de demonio
hincándose en el hueco de mi hartura...
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Pero yo necesito tu regazo
y al fundirme en lo negro de tu abrazo
bendigo Soledad...tu mordedura.
Norma Estuard
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