Un espiritual le vio y dijo:
“Has debido cometer algún pecado.”
Un científico calculó la profundidad del agujero.
Un periodista lo entrevistó sobre sus dolores.
Un yogui dijo: “Este agujero está sólo en tu cabeza como tu dolor.”
Un médico le dio dos aspirinas.
Una enfermera se sentó en el borde y lloró con él.
Un terapeuta le animó a encontrar las razones por las que sus padres le prepararon para caer en el agujero.
Un practicante del pensamiento positivo exhortó:
“¡Cuando queremos, podemos!”
Un optimista, dijo:
“No estás tan mal, podrías haberte roto la pierna.”
Un pesimista, dijo:
“La situación podría empeorar.”
A continuación, un niño pasó, y le tendió la mano…
Cuento Japonés