…brillo en el pelo…
llevaba aquel actor tan afamado
personaje ideal de la pura ficción,
que fue motivo de tal lucimiento
con música de exquisita emoción.
Grease, su versión de origen titulado,
un musical con historia de amor
muy ambientado en los años cincuenta
bien realizado y de gran valor.
Brillantina también era llamado
este producto que el cine le dio
a los más relucientes bellos pelos
que hasta entonces nadie jamás lució.
Vaselina, por otro nombre dado
fue materia que hubo que emplear
por un tiempo para ir a la moda
por exhibir un cabello estelar.
Uso inútil, hay que dejar sentado,
para quien comenzaba a reducir
y ya en aquellos felices setenta
aquel pelamen con que presumir.
Brillo en lo alto, sí, por descontado,
que no realza la fisonomía
iba brotando en cortos espacios
en casco mío para desgracia mía.
Brillar, brillar, si es algo bien llevado
por el gusto tonto de destacar...
mejor persista bajo unos valores
que contengan belleza singular.
Si algo brilla sea en poesía
y ese algo en el arte de amar.
Antonio Lozano Raspal