Muy feliz por el regreso.
¿Qué nos pasó ayer? Ya lo olvidé; está muerto.
no aceptaré variación, ni una leve desesperanza.
si la admitiera, sería un triste hombre sin respeto,
poco digno de atención, y menos de confianza…
Pero el ayer no es mudo; sabemos que nos grita,
pero nos mantenemos todos sordos, sin pendientes,
no importará la amenaza, si es que nos invita,
porque seremos hombres fuertes y consecuentes.
Sólo hay dos formas de alegrar y vivir la vida,
dejar que nos moldee, o ser capaces de moldearla.
en una el alma se dejará vencer y quedará dormida,
incapaz de defenderse, y de luchar por controlarla.
En otra tomará la azada, el hacha y el martillo,
y será capaz de golpearla y cincelarla a su manera;
levantando la frente, el alma con fortaleza de castillo,
para saberla vivir como nuestro Dios quisiera.
Jesús Quintana Aguilarte.