Sin piedad, empieza la cruel agonía, de las almas atrapada en el esplín, de la noche lluviosa, con la conmoción de la triste melodía del llanto del cielo arrastra sentimientos, a la ruta de la tormentosa, de las mariposas muertas, convirtiendo ese instante inolvidable, en un mundo silencioso donde los fantasmas, desordenan a la felicidad, al revivir las penas y los pesares, y sin piedad deja paralizada el alma, frente al espejo.
Julianita Cisne.
Nicaragua. |