Serena Espera
Siento el cansancio de la vejez
el dolor profundo de la enfermedad
extraño por hoy mi adorada niñez
donde nunca hubo llanto ni soledad.
Mis ojos quieren lágrimas derramar
recordando los años de la juventud
tiempo hermoso para aprender amar
con la dicha y fuerza de un alud.
Pero el tiempo no se detiene por nada
sigue su marcha de apresurada manera
la edad no tiene el valor de una balada
sólo deja huellas en el alma sincera.
Que al mirarse en un espejo imaginario
adivino mi cabello de negro plateado
las actividades ya no tienen ningún horario
ni importa que el día se encuentre soleado.
El refugio son los libros de lectura
el deleitarse con los versos del poeta
los cuadros inmortales de pintura
y seguir mirando al tiempo que pasa como saeta.
Esperar la llegada en silencio la partida
al lugar que los curas nos han prometido
mientras, seguir despacio por alguna salida
llegar al mar, después de unas copas haber bebido.
Luis G Machado S.