Bastó el inesperado encuentro,
La pregunta y el silencio
Para quedarme en las deshoras de mis sueños
Recordando los destellos de su voz.
Y qué más da que lo escuchara
Si el espejo en su mirada
Cautivó mi inspiración.
Y, heme aquí, atrapada,
Escribiendo de manera inusitada,
Rescatando las memorias de la nada
Y no porque él me lo pidió.
Son ahora las tres de la mañana,
Y no sé si estoy despierta
O solo estoy enajenada,
Pero mi pluma estaba inquieta
Por darle paz al corazón.
Y no sé si fue la tarde tan nublada,
Fue lluvia o su mirada,
Un poema, el destino o qué sé yo;
Pero algo había, algo pasaba,
Ahí entre la nada, ahí entre los dos.
Lo miscible de nuestros tiempos
Era lo que menos importaba,
Coincidimos y eso es todo…
Coincidir es una bendición.
A. PAMELA JUAN GALVEZ