Noche de luna
Desde una de las ventanas de mi aposento, mientras disfruto el sabor de un cigarrillo y las ideas vienen a mi mente y se retiran igual que las gaviotas en el mar, mientras contemplo con éxtasis la hermosa redondez brillante de la luna y sus rayos que se expanden reflejándose armónicamente en la quietud de las aguas de una noche que lleva su silencio de no acostumbrados paisajes, el humo se va disipando lentamente, mi corazón late acelerado, pienso en la vez primera de un beso a la niña tierna y dulce que entre risas y sorpresas bebió de mis labios el sabor del amor , entonces mis ojos se cubren de lágrimas, han pasado muchos años, éramos un par de adolecentes, yo diría una pareja de niños que estuvimos jugando a como se empieza a querer, y no puedo olvidar que luego caminamos en la playa, mirando la luna que parecía reír de nuestra inocencia, y hoy estaba la misma luna con su divina luz alumbrando las aguas , y un rayito llegaba a mi ventana y bañaba mi rostro de felicidad le mire sin descansar, era ella la testigo y cómplice de mi primer beso a mi primer amor, entonces el cigarro se apago ,seguí extasiado mirando su esplendor, y pude balbucear con ternura y temor. Señora luna. Es usted verdad?, es usted la de aquella noche donde se concreto mi fantasía, es usted la que inspira, la que arranca sonrisas y lágrimas, es Ud. señora luna, la que guarda las historias con prudencia ,y secreto, la que nunca falta a una cita, la que besa a la tierra con cada rayo de luz que derrama generosa, claro es usted ,yo le reconozco, yo le vi esa noche y nunca la puedo olvidar, igual que los labios de la adorable chiquilla ,que hoy será una dama entrada en años y desde luego por mi parte un viejo que sufre dolores del corazón. La única compañera fiel, que comparte mis triunfos pequeños y las tristezas del alma, es por eso que le busco y se que me visita sin faltar y estoy pendiente en la ventana para contarle mis pesares o el alegría de mirarla extasiado de emoción. Sin embargo algo me pareció no familiar, algo me inquietaba , miraba sus movimientos y centellas agitadas y de pronto ante mis ojos en la playa había anclado un barco que dada la apariencia de un bucanero y en el pequeño muelle la presencia de un cañón que la miraba amenazante, salí de la casa, corrí desesperado y un marino de muy buena apariencia sin titubear me dijo : mire viejo que linda esta la luna , desde alta mar la he contemplado y aquí en esta playa voy a disparar tres cañonazos como un homenaje a su esplendor, Dios mío, mi corazón volvió a su sitio, me abracé al rudo y elegante marino y le pedí acompañarle a esta ceremonia en su honor. En mi interior repetía Luna tú nunca morirás, tú iluminarás mis despojos en la eternidad.
Luis G Machado S. |