Un día como hoy hace 1985 años, a sus 33 años de edad, un hombre era crucificado en muerte de cruz, la muerte más humillante de su época, en un monte, llamado ahora, monte del Calvario, simplemente por predicar el amor y la paz entre todos los seres humanos. Su única culpa era combatir las injusticias sociales y curar a los enfermos de cuerpo y alma con su sabiduría infinita.
Sus doctrinas fueron tan acertadas que logró tener discípulos que dieron su vida por seguir sus enseñanzas, y las mismas se esparcieron por toda la tierra.
Jesús, el de Nazaret, nos trajo con su muerte la redención y es nuestro maestro en la fe Cristiana, hijo de Dios y salvador del mundo.
Su cicatriz en el costado representa un acto de misericordia del centurión que se le acercó a las tres de la tarde y le enterró su lanza cerca del corazón para que no siguiera vivo con aquel cruel dolor de incorporarse para poder tomar un poco de aire. De esa manera acababa de morir y podía ser bajado de la cruz a los brazos de su madre María antes de la puesta del sol, cuando los judíos comenzaban el reposo del sábado, babá deu, día de Dios.
Hoy, luego de dos siglos, los que somos cristianos, seguidores de su doctrina, revivimos esos momentos de su crucifixión y muerte por salvarnos y educarnos en el amor al prójimo como a nosotros mismos. A todos mis compañeros en este maravilloso foro les deseo un día de reflexión y paz, y un santo Viernes Santo.
Carmen Amaralis Vega Olivencia