Hermosa mi dicha contemplaba
aquella noche, donde me enseñaste amar
no volverán mi anhelo a tus oídos
regresara mi corazón adolorido
a su profundo sueño ya no despertara.
En asombro en una claridad visionaria
muda y absorta me desengañaba
dócil, humilde, sencilla
entregaba en tus manos mi corazón
¡Oh! aquel terruño de amor todo se perdió.
Un indolente encanto, rompo en llanto
aquel mágico cristal, donde te encontrabas
se ha hecho añicos, ¿Qué hiciste?
un grito adolorido exhale
gemidos de agonía sollozaba mi alma
cala en lo más profundo de mí ser
¿Por qué señor? ¿Por qué yo?
La luna a aunado su llanto conmigo
va vertiendo lágrimas de plata
que ha decir verdad, de tanta dicha
que gozaba, un infierno me esperaba,
dentro mi corazón, dentro del alma,
ya todo en mí, se desmoronaba.
¿Qué hice mal? al saber la traición
breve mi dicha, breve mi calma
grande es mi error, ¡si el haberte amado!
con la mirada perdida llena de melancolía
suspirando y confundida, se nublan mis pupilas
sin que acuda a mí más el llanto, se ha agotado.
“Soy más de lo que un simple mortal pueda desear”
Autora: Isabel Flores Rodriguez
04/04/2018
Mérida Yucatán