Necio letrado, necio doblado”, reza el proverbio. Y es que no todo el conocimiento está en los libros o pasa por haber ido a la universidad. Isaac Newton, padre de la física moderna, dijo que si había logrado ver más lejos era porque había subido a hombros de gigantes. Con esta máxima, popularizó así un viejo tópico de la retórica escolástica según el cual cada generación alcanza progresos que se asientan sobre los anteriormente logrados. Ahí reside también la importancia de los mentores que se cruzan en nuestro camino y nos sirven de faro. En el mejor de los casos, incluso encauzan el rumbo de nuestra vida. Cualidades como la admiración, el respeto, la empatía y la humildad desempeñan un papel fundamental entre mentor y tutelado.
|