CONJUGANDO EN PROSA AL AMOR
Oteando a lo lejos de la ambarina agua de ese mar enternecido; contemplo tranquilo el brillo de esa proporción que comparativamente cito con tú corazón, y que se vuelve insignificante.., más aún cuando cierro los ojos y el suspiro no se deja esperar...¡¡¡oh...cuánto amor¡¡¡ Se diluye en la suave cadencia de esas olas, que van y vienen bajo el silencioso conjuro de astros contemplados, en las recónditas esferas transparentes, cuyo roce producen un golpeteo semántico de diásporas existencialistas, representando un sonido bien tildado y a lo mejor, en un alborozo arcano que en meandros, se vierte toda la esencia, y pueda escuchar claramente una conjugación con sabor a la más deliciosa admiración
En el piélago celeste, me imbuyo de ese aroma tan familiar al cual atribuyo en gran parte, estar armonizando en todos los tiempos y formas, el torrentoso legado ditirambo de liras nómadas enfervorecidas, al producirse un jolgorio de alegría total al escuchar: tú eres fruto de la conjugación más excelsa en este canto de gloria; panacea exuberante de néctares gozosos al paladar, o el milagro de plantar en hitos el presente de nuestro amor eterno, símbolo que se brinda honrado al vasto sol que maduró y el grosor de nuestra dicha al saber que conjugamos el verbo amar en todos los tiempos para la eternidad de nuestro sentir
Nelson
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