De cielos enamorados.
Eterna se vuelve la ilusión que espera,
jirones de vientos desprendiendo angustia,
desolada tierra ,que se estrecha mustia,
en la gota de agua que al camino llega.
De erráticas luces y mares danzantes,
en caudal sumiso de humedad vestido,
una voz humana solo en un quejido,
subióse al pestillo del amor errante.

Logró que se abriera la incierta penumbra,
de un rumor tan cierto que al amor llevaba,
por sendas sin tiempo, desde aquello y nada,
que forjara historia en su propia tumba.

Un frágil zarcillo renacido en sombras,
trepóse en los cercos de alguna palabra,
trocóse en la vid del amor que labra,
tanto por mirarte, todo lo que nombras.

Es cosecha eterna , cielos compartidos,
en barca navegante de serenos mares,
de la tierra he sido por todas las aves,
el vuelo de dos, ya por siempre unidos.

María Marta Britos.