Una voz que clama
Vuelvo a perderme en al confusión de las cosas, En la madurez e inmadurez de sentimientos ajenos, Camino sin sentido, sin lógica despierto, No se dónde van a para las penas ni alegrías de los vivientes. Que desfogue es escribir en las madrugadas de insomnio Cargado de complejos que atormentan, La brisa de la madrugada golpea misteriosamente las ventanas, Infunde un tenebroso susto de fantasmas de ambulantes, Que anhelan penetrar en los escalones de la vida. Así pasa la madrugada lenta, fría, insensible, Amanece y el alba con el rítmico canto de las aves, El ladrido de los perros que claman por su alimento, Las gentes que presurosas abandona sus hogares...caminan Desordenadamente al trabajo, otras a buscarlo y no lo encuentran, Entonces el corazón se lamenta, no habrá para el pan, Los niños seguirán llorando, la madre maldiciendo serena. Pasa el día, comerciantes, oficinistas, mujeres de la vida, Atracadores, pordioseros tan solo en busca del dinero, La comodidad nunca ha sido de todos, unos la derrochan, Otros la buscan con incesante locura, hacen méritos, Ni siquiera eso les sirve, caminan con un título bajo el brazo, Porque se cansaron de tenerlo de adorno en la sala, Porque se olvidaron de la fiesta de graduación, Porque sufren igual que todos, no hay discriminación Igual que yo que miro con desesperación indescifrable Entonces queda la esperanza, encender un cerillo en el altar, Orar con la certeza de un milagro, del santo de su devoción, Pienso sin sentido, converso solo en voz alta, Casi a nada le encuentro ya la explicación. Y regreso a mi letargo con la voz apagada de pasión, Me recojo en e la lectura de un clásico autor, Me embeleso con sus palabras consagradas de laureles, Me olvido un poco del entorno alrededor y me duermo Pensando en otro amanecer y en el amor de quien un día Me hizo olvidar esta confusión con sensatez ..Y para que mentir, encuentro las mejillas mojadas Y mis ojos con el rojo característico del dolor.
Luis G Machado S. |