La profesión de enfermería siempre ha estado ligada a la mujer
aunque en sus inicios de su historia no era así. Es por esta
conexión en que se producen uno de los estereotipos sexuales
más universales que existen.
No es extraño ver a una enfermera como objeto de deseo sexual
entre los adolescentes y hombres adultos. Existen dos motivos;
el primero es por la sensación que tienen los hombres sobre
el carácter de las enfermeras: amables, dulces, cariñosas, tímidas
, serviciales y con una gran capacidad de cuidar, además de que
permiten todos sus deseos posibles. El segundo motivo es
por su uniforme; blanco o rosado pálido, con faldas cortas
por encima de la rodilla, delantales, medias blancas y su gorrito
que puede o no tener una cruz. La parte de arriba ben ajustada
que puede tener botones o una cremallera y claro, debajo de
ella está todo deseo de los hombres: los pechos. Este tipo de
uniforme lo consideran tan sexy que se vuelven locos.
No creo que no haya ninguno en que no haya soñado o
fantaseado alguna vez que una enfermera bien atractiva entra en su
habitación bastante provocativa, se deja pinchar o “auscultar”
dándole más morbo y acabe jugueteando con ella, incluyendo en sus
tiempos libres o al estar solos. En la intimidad no me parece mal,
pero que sea mostrado e impuesto cultural y socialmente me parece
descabellado y discriminatorio, hasta tal punto que ofende y créeme
da cierto miedo trabajar porque no sabes hasta qué punto
un hombre está bien de sus cabales o no.
No entiendo cómo que en la sociedad está aceptada, incluso no se
tiene consideración o cuidado a la hora de hacerlo público sobretodo
a los menores; por lo que debería estar mucho más controlado
. Está más que claro que no lo está entre las enfermeras ya que se
sienten cortesanas, objetos sexuales y no las valoran precisamente
por su preparación académica y su profesionalidad.
Debemos recordar que la enfermería no es la única profesión
en que se relaciona la mujer como objeto sexual, está también
la azafata, profesora, cantante, camarera, abogada y secretaria.
En el caso de los hombres, son mucho menor, pero existen.
Dos ejemplos son el bombero, militar y policía. Por lo que todas
estas profesiones están continuamente “sufriendo” estas connotaciones
sexuales como algo implantado cultural y socialmente que, en mi opinión,
no deberíamos tolerar sobretodo para prevenir la exposición a menores de edad.
Kaisui
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