LA TARDE
Parece que la tarde/ cuajada de armonía se haya vestido alegre/ de dulces azucenas y las bellas gaviotas/ de miradas serenas con tu presencia inmensa/ alumbraran el día. Me acuerdo de tus ojos/ de dulces embelesos, del rojo de tus labios/ tan acaramelados llegando hasta mi boca/ sin pensar en regresos de los cuerpos sedientos/, locos, enamorados. Estabas tan hermosa/ como la luna llena pero miré en tus ojos/ un poquitin de pena que a veces la tristeza/ cuando quiere la ensaya. El crepúsculo entonces/ se vistió de sirena y leyendo mi nombre/ que escribiste en la arena me marché entre la luz/ que brillaba en la playa. Felicitaciones, besos
Sonetista Peruano
Antonio Escobar Mendívez
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