“¿Es preferible “pensar” sin tener conciencia crítica de ello, de manera dispersa y ocasional, esto es, participar de una concepción del mundo “impuesta” mecánicamente por el ambiente externo, o sea, por uno de tantos grupos sociales a los que uno queda automáticamente integrado; o es preferible elaborar la propia concepción del mundo de manera consciente y crítica, y por ende en función de ese esfuerzo del propio cerebro escoger la propia esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia del mundo, ser guía de uno mismo y no aceptar ya pasivamente el moldeamiento externo de la propia personalidad?”
A. GRAMSCI: “Apuntes para una introducción al estudio de la filosofía y la historia de la cultura.