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General: ¿Por qué comemos palomitas de maiz en el cine?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: xania  (Mensaje original) Enviado: 01/10/2018 12:28

El ir al cine y tomarse unas palomitas es para muchos

 un matrimonio indisoluble y un gesto que se ha convertido

 en todo un ritual, pero ¿de dónde surgió esta estrecha relación? 

Hace unas semanas que la revista Smithsonian relató 

en su publicación la historia de esta unión, 

cuyo origen comenzó en la Gran Depresión del 1929

y acabó instalándose definitivamente durante la II Guerra Mundial.

Nos encontramos en los años veinte, cuando los cines 

estaban reservados a las clases pudientes y aún mantenían

 un estilo decorativo parecido a una ópera o un teatro. 

Llenos de lámparas costosas, mullidas alfombras y demás

 objetos decorativos, los empresarios no querían que sus salas

 fuesen manchadas con ningún tipo de alimento, y se procuraba 

que la gente no entrara con comida a sus proyecciones.

Pero en 1927 cuando se introdujo el sonido, el cine 

se abrió a todo tipo de público. Ya no hacía falta

 saber leer para acudir a ver una película, así que con

 el crack del 29 y la Gran Depresión, el cine constituyó unos de las

 pocos entretenimientos para la población norteamericana, y dentro

 de esta salida de ocio el único lujo que se podían permitir

 era un cucurucho de palomitas, que compraban en

 los puestos callejeros situados a las entradas de las salas.



Fue en Missouri cuando una mujer con vistas de futuro, 

Julia Braden, convenció a los dueños del Linwood Theater 

para que permitieran poner un puesto de palomitas

 en el interior de su local. Tal fue el éxito de su negocio, 

que en 1931 ya tenía cuatro puestos en distintos cines,

 con el consiguiente beneficio que esto le reportó, 

más de catorce mil dólares de la época.

El público, con poco dinero y bastante hambre, 

necesitaba ser llenado con un producto barato que

 saciara en las largas sesiones cinematográficas

 y además que no costara demasiado, pero lo más importante,

 que también reportara buenos beneficios.

Así que cuando los dueños de las salas se percataron

 de este floreciente negocio, eliminaron al intermediario vendedor

 y comenzaron a gestionar ellos mismos directamente esta actividad

, con la consiguiente subida de los beneficios en la sala, muchas

 de los cuales pudieron sobrevivir a esta época gracias 

a la venta de palomitas y otros snacks.

Fue en la II Guerra Mundial cuando ya definitivamente el ir al cine 

quedó unido irremediablemente al consumo de palomitas

 en la sala. La escasez de azúcar en esta época hizo que los

 vendedores de caramelos fueran desapareciendo al ser racionados,

 y las palomitas, fabricadas con un producto abundante como era el maíz, ganaron posiciones.

Y prueba de ello es que cuando acabó la guerra, más de la mitad 

de las palomitas que se consumían en Estados Unidos se

 tomaban en el cine, constituyendo el 85% de sus ganancias.

Era 1940, el aroma a palomitas y mantequilla ya formaba

 parte de las salas de cine para quedarse hasta nuestros tiempos.








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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: NELLY 1924 Enviado: 02/10/2018 10:16


 
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