Si quieres prestarle algo de verdadero valor a alguien,
préstale atención.
Cuando quieras comprender de verdad, presta sincera atención.
Prestando atención puedes aprender, puedes guiar,
puedes construir relaciones
duraderas con los demás y crear mucho valor. Si sermonear,
rogar y argumentar no logran tu objetivo,
prestar atención seguramente lo conseguirá.
Sí, en un mundo vertiginoso y lleno de distracciones,
prestar absoluta atención puede ser difícil. Y aún así,
cuantas más distracciones haya, más preciada y
valiosa se tornará esa atención.
Ofrece a los demás algo que sea cien por ciento de ti.
Dales el regalo de tu atención.
Hay montones de personas a tu alrededor anhelando ser escuchadas,
vistas, tenidas en cuenta y comprendidas. Prestándoles atención
enriqueces tanto tu propia vida como la de ellos.
terapia psicológica
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