La última palabra no ha sido pronunciada, la última frase no ha sido escrita, el veredicto final no está dado.
Nunca es demasiado tarde para cambiar de idea, ni rumbo para decir no al pasado y sí al futuro; para experimentar remordimiento, para pedir y ofrecer perdón.
Nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo, para sentir de nuevo para amar de nuevo para anhelar de nuevo.
Nunca es demasiado tarde para superar la desesperación, para transformar el dolor en resolución y el sufrimiento en propósito.
Nunca es demasiado tarde para modificar mi mundo no a través de encantamientos mágicos ni manipulaciones de cartas o descifrando estrellas, sino abriéndome a las fuerzas curativas ocultas dentro, las energías escondidas, los poderes de mi ser interior. Porque nunca es demasiado tarde |