Estrellas ya no están y brillan, cierro los ojos, tengo tu sonrisa que me duele- una alegría no se-
Ese viejo diablo en mi cara, perdona, tengo diez mil horas de verte, ahogo la mente en los perdones, asqueado de mendigar amor en una burbuja más frágil que la piel, creo en lo perfecto de verte un solo día- viene de arañar la vida, siete días, once veces, ocho lunas; y te escribo la carta que te leo a viento soplos, preclaro, nota dulce y amarga, vengo de mendigar amor a esa gente vacía, en una tumba yacía y todos quieren volver, hay dolor en mis letras, cuando tirito.
Perturba tu beso, sabor a lucifer dulce el perdón me arruina…
Burlan te, puse ponte la risa, esa estrella es mi alma mi abismo, mi pizarra mi tiza, si aprendo a decir te digo si, un galope solo entre tanto mar, el cielo y el mar se besan, turbado en pensar palpitante rompo, fugaz-apacible, noche la memoria de los tiempos.
Luis Alberto Jiménez Luis
(VAUSE) EL POETA DE LA NADA.