Las voces del mundo han levantado sus soles
En el interminable laberinto de la tierra
Y nadie ha podido aún encontrar la esencialidad de su luz.
Porque habita en el invisible corazón de la eternidad.
Más allá de las palabras, de los sentidos y las ideas
En el territorio oculto de tiempos escurridizos
Su piel de mares infinitos acuna la fuerza de las esperanzas
Agitando su melodía de fuegos en las manos del arco iris.
Allí habitan las sombras corriendo libres por la luz
En este terreno el amor sueña libre en su soledad
Y las cruces desnudas diluyen su lenguaje de espumas
Recibiendo la sencilla vibración de los corazones puros.
El amor cae en cataratas silentes día a día
Por las curvas sencillas del viento
Desplazando su caudal de perfumes en el tiempo
Sin más banderas que el acento claro de la paz.
El amor es el secreto de los siglos en receso
Que va dibujando su invisible rocío cósmico
En los atardeceres temporales del espíritu
Y abraza en silencio nuestros mundos profundos y luminosos.