Ella de Europa nada sabia
sus pequeños dedos iban y venían
por un aburrido continente
que estaba en la pagina tres
del libro de geografía
y aprendía
que el limite entre Asia y Europa
no era una ciudad de sultanes y mezquitas
llamada Estambul
sino una delgada rayita
que debía pintar con su lápiz azul
y como un enorme bostezo
se abría en su mente dormida
la lejana guerra del peloponeso
que debía aprender en la clase de historia
como una batalla de su frágil memoria
y de pronto, ella de un salto
pone sus pies y su alma en un mapa
donde el Danubio, de la hoja se escapa
y escucha atenta, un guía que habla de castillos e historias de hadas,caballeros armados y días de gloria
bruselas, un delicado desliz de chocolate
y el dorado parís, de los grandes tesoros
la alhambra y el Madrid de los moros
con ella volverán, no en un mapa de geografía
ni en un libro de historia
por siempre serán una postal viva
guardada en su memoria. ALBA