Nací Violeta Esta mañana me levanté bien tempranito, pues el duende tenía que ir a la Plaza de José de Diego para colocarle una ofrenda floral en su natalicio. Mientras preparaba el desayuno le daba gracias a Dios por haberme permitido llegar a mis 71 años de edad con bastante salud y alegría de vivir. Le daba también en mi corazón las gracias a mi madre Carmiña y a mi padre Don Ismael. Crecí escuchando de mis tias y de mami el momento de mi nacimiento, pues no fue fácil. Cuando comenzaron los síntomas de parto papi fue y buscó una viejita partera y trajo a su hermana, mi querida Tía Cocó, para que asistiera en el parto. Parece que yo no quería nacer, estaba muy comodita en el vientre de mi mami, y según me contaron muuuuchas veces, mami estuvo con las contracciones tres días y nada que yo no nacía. Ya con desesperación mami decidió salirse de la cama de parto y ponerse en cuclillas y hacer un gran esfuerzo con la poca energía que le quedaba luego de tres días de faena, y finalmente, plashhhhh, caí al piso. Mi Tía Cocó me recogió en sus brazos, pero como no lloraba, y me estaba poniendo violeta por falta de oxígeno, se le ocurrió a mi tía lanzarme al aire, y al tercer intento, grité a todo pulmón. Papi que esperaba con sus amigos al son del ron, comenzó a celebrar mi tumultuosa llegada. Era una niña violeta, waoooo, que terrible. Nada, que desde mi primer día de nacimiento no he hecho otra cosa que gritar, y mirar las flores violetas sin ninguna envidia. Doy gracias a Dios por haberme creado y por haber escogido para mí vida los maravillosos padres que me dio, qué les parece?
CARMEN AMARALIS |