Esa delgada cinta verde, tatuada de volcanes y recortadas costas con golfos y bahías a punto de ser devorada por el mar.
México: es una huella fresca del aguerrido pueblo azteca, que delata su origen real en la que ayer fue tenochtitlan y aun se escucha por la sierra madre y en el arisco nopal, el mensaje de los dioses en el mas puro nahuatl
Detrás de un colorido mercado en Guatemala, oculta en la aceituna de su piel y en la profundidad de unos ojos almendrados, interroga la diosa maya ixchel: dónde están uxmal, palenque tikal?
Honduras, la de bahías profundas. En olas del caribe escribieron palabras que solo el indio conocía: taguzgalpa, cholutecas, Copan.
toda su geografía en un nombre contenida: Nicaragua, reino de los que habitan en grandes depósitos de agua, dominio del gran señor de los nahuas de nombre nicarao
San Salvador: antiguo señorío de cuzcatlan. en su alma se sacude desde el volcán la voz de monseñor Romero, pidiendo libertad
Costa Rica: una joya engastada en el verde esmeralda de su paisaje y el azul profundo que la abraza con el mar
Panamá: donde la cinta se torna filigrana en el canal. la pollera y las molas son arco iris exuberantes que al ritmo de un tamborito ondean elegantes
Centroamérica: la indígena, la ancestral, la enamorada de la selva virgen y el mar.
ALBA