En cada amanecer, cada anochecer, cada hora, cada día, cada mes. Reconoce y ama cada momento. Acepta y vive cada enseñanza. Aprende de cada persona y cada historia que pasa, dejando marcas de vida. Reciprocidad y gratitud. Fe y justicia. Manos al cielo, rodillas al suelo. Esto nos acerca a Dios. Aporta luz. Y cuando estamos bajo su luz y protección, todo funciona, todo es positivo, todo es bendición. Cada día se convierte en un hermoso y maravilloso ladrillo de vida para construir y vivir. ¡Cada día es oro, cada día es una fiesta, el regalo eres tú! ¡Consíguelo! ¡Buen día!
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