Mírame, Padre mío, la gratitud es la felicidad de ser la niña de tus ojos, Señor. Gracias por no alejarme de tus manos y ojos, incluso en los momentos más difíciles que enfrento. Sin ti y tu protección, no sería nada. Tu nombre está en mi oración cuando abro los ojos por la mañana hasta que cierran por la tarde. Confío en ti, me inspiro en ti, soy tuyo y mi amor es tuyo. Sigue protegiéndome como la Chica de tus ojos. Amén !!
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