Te vi., me has visto, y ahora, desnuda ya del equívoco, de la historia, del pasado, tú, amazona en la centella,
palpitante de recién llegada sin esperarte, eres tan antigua mía, te conozco tan de tiempo, que en tu amor cierro los ojos, y camino sin errar, a ciegas, sin pedir nada a esa luz lenta y segura con que se conocen letras y formas y se echan cuentas y se cree que se ve quién eres tú, mi invisible.
Pedro Salinas.
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