Se dice que la ludopatía es la adicción del siglo XXI. Como esta,
que copa los titulares de los medios con frecuencia, constantemente
hablamos de otras dependencias que habitan entre las grietas de la
sociedad: el alcoholismo, las drogas o el sexo. Pero, hay otra adicción
que convive con todos nosotros y muchas veces ignoramos; la dependencia
humana, la necesidad que generamos y sentimos hacia otras personas.
Las relaciones humanas son el pilar de nuestra vida, pero muchas veces
nos vemos envueltos en tóxicos emparejamientos, amorosos, familiares o de amistad,
que nos coartan como personas y no nos permiten desarrollarnos ni ser felices.
«Cuando hay una dependencia, sea de una persona o de una sustancia,
lo que nos exige es regularnos, pasar ese síndrome de abstinencia,
pero eso no se hace en un día, se llega poco a poco», explica el profesional.
Para alcanzar esta regulación, lo más importante suele ser apoyarnos en
otra persona, no solo profesionales, un buen amigo, un profesor o un
compañero pueden ser de gran ayuda para salir de ese lugar oscuro.
María Alcaraz
|