INFINITAMENTE GUAPA
Infinitamente guapa cuando la vida te dice que no y tú le gritas que sí.
Cuando no te rindes y descubres que vales más de lo que piensas,
cuando te vistes de actitud y libertad arrolladora.
Cuando sigues adelante aunque te duelan los días.
Sí. Estás y eres infinitamente guapa cuando crees que no puedes más,
cuando pides ayuda y le tiendes la mano a los latidos de otro corazón.
Guapa porque sabes volar dentro del huracán y aterrizar
de pie y descalza después de la batalla.
Guapa. Infinitamente guapa porque estás llena de coraje, de ojalás y de
yo puedos aunque a veces no los veas. Infinitamente guapa cuando
lloras porque te duele la verdad, cuando sientes por encima de todo
y todos, cuando nadie te ve en la soledad de tu habitación
y bailas desnuda al soplar el viento. Infinitamente guapa cuando arrancas
y no te pones frenos y trabas, cuando no te paras ante las miradas ajenas,
esas que todavía no han aprendido a mirar. Guapa cuando confías
en ti y sonríes por los demás. Cuando no te imponen una talla,
cuando te levantas guerrera y le pones una alfombra roja a tus arrugas
y ojeras, a tus kilos de más o de menos, a tus cicatrices y
defectos imprescindibles y perfectos.
Guapa a rabiar. Y si algún día se te olvida. Si algún día el espejo se levanta
traicionero y no te muestra la realidad, vuelve aquí, justo a esta línea,
y lee en voz alta: SOY INFINITAMENTE GUAPA. Y créetelo.
a.d.