Enviado: 22/08/2019 16:21 |
Con las arrugas que comienzan a marcar la cara del paso del tiempo, estamos aprendiendo cómo manejar todo mejor. Los anteojos ya no solo ayudan a leer y ver a lo lejos, nos dicen que es hora de ver la vida de otra manera. Es hora de trabajar nuestra individualidad, cimentar nuestra personalidad, hacernos entender que la perfección de la vida es precisamente que nunca será totalmente perfecta, pero tenemos que abrazarla con amor, tal como viene. El cabello que insiste en nacer decolorado, nos da el coraje de ser más sinceros siempre. Simplicidad Coraje Humildad Bondad Edad Cierto. MADUREZ Esa es la palabra Ser maduro no es ser adulto. Es tener coraje, tener opinión, autoestima, adquirir una visión diferente de lo que es común, Es saber apreciar lentamente cada momento que la velocidad de la juventud hace que pase desapercibido. Es simple pero intenso en todo lo que haces. Humilde, pero con un orgullo que lo protege. Madurar es comenzar a disfrutar el viaje sin preocuparse mucho por el destino final. Es cuando aprendemos a manejar los impulsos, dominarlos y superarlos, cosas que la energía de la juventud nunca ha dejado. La madurez nos hace comprender la vida sin ilusiones, navegar los días con tranquilidad, aceptar los errores que sufren menos y querer cumplir los deseos con mayor disposición. La madurez es decir que no cuando lo necesito, decir que sí cuando es necesario, es bajar y levantar la cabeza en los momentos correctos. No muggle, no inteligente, solo lo suficientemente sabio como para no preocuparse por nada. Es sortear lo imprevisto con buen humor. Es luchar contra el odio con amor. Es reírse de las provocaciones, comprender las indirectas y reírse aún más, responder a las negatividades con desprecio, pero con respeto. Ya no desea tener la vida que el otro tiene. Es querer, tener y aceptar lo nuestro. Va tras lo que creemos, sin escuchar a los pesimistas. Madurar no es envejecer, no envejecer. No significa edad, no es un número. Significa el bagaje de conocimiento de lo que aprendemos de las lecciones de todo ese tiempo que ha llegado a enseñar pacientemente. Viene lentamente, se pone, da forma, se construye, hace una dirección en el discurso, en los actos, en lo que estamos dispuestos a escuchar, ver y hablar. La madurez es el sueño hecho realidad sin anuncios. Son las victorias, sin stands. Estos son los momentos eternos sin registros. Estos son días inolvidables sin publicaciones. Es el resumen de los golpes, las lágrimas, de las alegrías y logros. Es poder lidiar bien con la dulzura y la amargura, con la amargura y la delicia, con el vigor y la pereza. Es el equilibrio del equilibrio de la vida. Es confiar en la esperanza. Es creer en la fe de uno. Madurar es alcanzar el ápice de la juventud sin pudrirse. Los años de la adolescencia han terminado. La vejez depende de nosotros mismos para llegar. Es el período más largo de nuestra vida, pasa por él consciente de quién se ha convertido, comprende que todos somos iguales, que toda la historia, todo el camino, todos los sueños imaginados y las metas alcanzadas, eran solo para estar seguros la felicidad va de la mano con la madurez y son independientes de las posesiones, títulos, activos, empresas, edad, trabajos, dolores, amores ... Solo dependen de aceptar quiénes somos y Es poder lidiar bien con la dulzura y la amargura, con la amargura y la delicia, con el vigor y la pereza. Es el equilibrio del equilibrio de la vida. Es confiar en la esperanza. Es creer en la fe de uno. Madurar es alcanzar el ápice de la juventud sin pudrirse. Los años de la adolescencia han terminado. La vejez depende de nosotros mismos para llegar. 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