No, no es que ella se sienta
demasiado importante, es
que simplemente ya no es
la misma de antes.
No, no es que sea exagerada
al caminar, es que ya no se
deja pisotear.
Después de verse tan destruida
dejó de lamentarse, secó cada
una de sus lágrimas y decidió
levantarse.
De aquella mujer insegura no
quedan ni las cenizas, cambió
su amargura y tristeza por
una nueva sonrisa.
d.a.
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