¿Mujeres peligrosas son las que tienen criterio propio? ¿Las que quieren abrir puertas
a otros mundos y otras vidas, las que tienen capacidad para disfrutar, reír, llorar,
sufrir, emocionarse y aprender a través de historias ajenas? ¿Las que encuentran refugio
y consuelo en la lectura, las que se inspiran con los vaivenes de otros seres,
las que disfrutan con la evasión? Entonces sí, estoy al cien por cien de acuerdo
la afirmación. Las mujeres que leen son peligrosas, peligrosísimas.
Y ojalá su número crezca cada vez más.
María Dueñas