Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba.
Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba.
Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía.
Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban.
Algunos rezaban. Alguno bailaban. Algunos hallaron sus sombras.
Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
Y la gente sanó. Y, en ausencia de personas que viven
en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón,
la Tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo,
lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones,
soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir
y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados".
Poema fechado en 1800 durante una epidemia de peste,
compartido en su blog por Kitty O’Meara.