Hoy estoy. Frente a Frente con la Muerte, Sin abrir mis ojos siquiera, envuelto en efluvios, como siempre últimamente. Presento lucha cual guerrero, ¡nada amilanad-amente!, atravieso despacio, muy despacio, el puente hacia mi propia muerte. Cansado de causar decepción, es un ser cualquiera, de tal imperfección, que a su paso origina desgaste, desilusión, hasta en la más alegre y humana quimera del rincón.
"¿Morir.? no muero resignadamente, resurgiendo de propias cenizas siempre. ¿morir.? sí. siento poco a poco como muero.
Mirando de frente a frente a esa, a esa, mi propia muerte, en callado silencio, ¡estridente! diálogo de voluntades fuertes.
Tras mis siglos de tinieblas, abriéndose ahora cielos refulgentes. ¿morir.?, no quiero, ¡no, absurda-mente!.
Pero la muerte, señora ufana y terca, entra siempre como sorda e indiferente, sin hacer ruido, de la mano, dulcemente, me asume, me lleva engatusado siempre.
Atravesamos juntos, abrazados sin querernos ese puente. lo veo ya desde cerca. ¡maldito puente.! paso y enlace a la vez hacia su oscuro mundo silente.
¡Pero es tan cierto y seguro el frenesí, que siento cuando mis ojos la miran de frente!, Y hasta deseoso estoy de llegar pronto a su albergue.
AHORA Señora muerte, Nada me debes,, Nada te debo Querida muerte Estamos en paz,
y hasta la tumba siempre.
C.G.D.G
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