¿Si no sueltas el pasado, con qué mano vas a agarrar el futuro?
En efecto, en ocasiones es necesario volver la mirada atrás y poner una
distancia lo bastante amplia de quien nos hizo daño,
de esa experiencia que nos hizo cambiar o de ese lugar que nos
devuelve a un pasado que ya no nos identifica.
La auténtica valentía no está en dejar ir a las personas que nos
hicieron daño, se trata de aprender a dejar ir ese pedazo de ti que se quedó en ellos
No obstante, somos conscientes de que no es fácil dar el paso y decirnos a
nosotros mismos que no vamos a regresar.
El acto de dejar, de abandonar de poner distancia con algo
o alguien supone por encima de todo romper un vínculo,
ya sea familiar, afectivo o de amistad. Sea como sea siempre hay
un tipo de dolor emocional.
La auténtica valentía no está en dejar ir a las personas que nos hicieron daño,
se trata de aprender a dejar ir ese pedazo de ti que se quedó en ellos
Valeria Sabater
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