DE SOMBRA Y RESURRECCIÓN
Quería reaccionar pero no podía,
Estaba sumida en un profundo sueño,
En un limbo entre sombras,
Oscuras sombras donde solo se escuchaban lamentos,
Gritos de auxilio pidiendo paz,
Con el cuerpo delirante
no cesaba de llorar sobre los surcos
que quedaron marcados en su pecho
cuando se arrancó el corazón.
Lo partió en mil pedazos,
lo repartió a cualquiera que le lanzara una sonrisa,
y fue quedándose poco a poco sin deseos de vivir.
Pero un día le llegó una sombra,
bendita sombra de esperanzas.
La tomó de la mano
Y fue mostrándole los umbrales de la felicidad.
Las raíces de su corazón han vuelto a florecer y
Ahora le canta a la vida el ritmo del amor.
Carmmen Amaralis Vega Olivencia