- Tengamos claro desde un principio qué es lo que queremos y cuál es nuestra
- situación. ¿Busco una relación seria o quizá en este momento me iría
- mejor tener un romance sin obligaciones ni compromisos? Si ya tengo pareja
- ¿estoy dispuesto a llevar a cabo una infidelidad y manejar sus consecuencias?
- Estos son puntos que deberíamos clarificar en primer lugar.
- Una aventura de verano puede ser saludable si no tenemos expectativas
- de nada y nos limitamos solo a vivir el momento.
- Hay casos en los que muchas personas se sienten afortunadas por
- haber tenido esas experiencias estivales, aún sabiendo que serían de
- duración limitada.
- Ahora bien, en caso de anhelar una relación a largo plazo,
- deberíamos ser más prudentes y evitar implicarnos emocionalmente
- con alguien que no tiene idea ni propósito en hacer que esa
- relación prospere más allá del verano.
Para concluir, hay muchos amores de verano que han tenido
su final feliz, no hay duda. Los hay que se inician de forma espontánea
y distendida hasta dar forma a una maravillosa aventura personal
que puede durar décadas. No obstante, hay veces en que lo experimentado
durante un verano, vale una vida entera.
Por tanto, no nos neguemos la oportunidad; aunque sea breve,
amar es algo que siempre merecerá la pena.