Evitar la soledad a cualquier precio, a veces con un gran coste personal.
Así, por ejemplo, muchas personas sobrecargan su agenda de plane
s de todo tipo (o se quedan hasta tarde en la oficina) con el fin de pasar
el menor tiempo posible en su casa, ya sea al volver del trabajo o durante
el fin de semana.
Este tipo de comportamientos, pese a que suele recibir bastante
aprobación social, a la larga pueden acabar pasándonos factura,
ya que acabamos agotados o estresados, hacemos planes que
no nos gustan, gastamos más dinero del que podemos permitirnos,
no dedicamos tiempo a otras cosas que tenemos que hacer
(p. ej., estudiar en casa), etc.
Libertia
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