Muchas personas creen que nacieron con buena suerte y otras con mala suerte. Todas ellas están equivocadas.
La suerte, mala o buena, no existe. Es un calificativo que utilizamos según como nos salgan las cosas.
Lo que si es cierto es que todos tenemos la facultad para esperar que las cosas se nos den como queremos. Pero esto depende de nosotros mismos.
En otras palabras, la buena suerte se le da con seguridad a aquellas personas que la buscan a través del trabajo honesto, de la dedicación, de la perseverancia, que tienen fe y que si caen se vuelven a levantar persistiendo hasta lograr lo que se proponen.
La buena suerte siempre acompaña a las personas que en vez de estar quejándose de su mala situación, buscan cualquier oportunidad para mejorarla, que en vez de estar criticando y juzgando mal a los demás, aprovechan oportunidades para felicitarlos y desearles aún más éxitos.
La buena suerte acompaña a todos aquellos que están conscientes de que cada quien cosecha lo que siembra, y que hay que estar sembrando todo el tiempo para estar cosechando cosas buenas todo el tiempo...
Desconozco su autor