El verdadero triunfo, es lograr la familia que anhelas, es mostrar la bondad que recibes y tener verdaderos amigos.
La verdadera sabiduría, es aprender a escuchar y saber cuando opinar, es comprender los problemas, y saberlos resolver, y poder brindar al mundo lo que realmente sabes.
La verdadera fe, es pedir y saber que nos escucha, es saborear los momentos que comparto con Él, es poder cerrar los ojos y sentir a Dios junto a mí.
La verdadera amistad, es sentir la hermandad que une a personas de sangres diversas, es saber que su mano siempre estará contigo, es saber brindarle tu ayuda en todo momento, es sentirte más valiente en los momentos que con ellos compartes, es saber compartir ideas y mejorar tu carácter, es tenerese apoyo en los momentos importantes.
El verdadero amor, es poder oler el aire que respira tu pareja, es encontrar la otra mitad de tu alma, es sentir necesaria su presencia, y más que nada, saber esperar a su llegada.
Disfruten cada día como si fuera el último ya que uno nunca sabe cuando llegara el último día de nuestras vidas, y recuerden la satisfacción de llegar a la meta no es llegar a la meta sino todo lo que se vive en el camino para poder llegar a ésta.