Los psicólogos solían subestimar la fuerza de la gratitud. Pero diversos estudios comprobaron que modifica actitudes negativas. Recomiendan hacerlo de manera “personal y profunda”.
Aunque parece bastante obvio que la gratitud es una emoción positiva, durante décadas, los psicólogos casi nunca analizaron las implicaciones del fenómeno de dar gracias. Pero en los últimos años sí lo han hecho, y muchos experimentos les han permitido aprender que es una de las emociones más poderosas de la humanidad. Hace que el que las da se sienta más feliz y puede modificar la propia actitud ante la vida, como un botón para reiniciar los sentidos. En especial en tiempos difíciles como estos.
Más allá de demostrar que ser agradecido ayuda a quien lo es, los psicólogos también intentan dilucidar los procesos químicos que la gratitud produce en el cerebro y las mejores formas de demostrarla.
Michael McCullough, un profesor de psicología de la Universidad de Miami que ha estudiado a la gente a la que se le pide que dé gracias con regularidad, dijo que “cuando haces un alto para contar las bendiciones que has recibido, como que estás secuestrando tu sistema emocional”.
Las investigaciones efectuadas por McCullough y otros encontraron que dar gracias es una emoción poderosa que se alimenta a sí misma, casi el equivalente a ser victorioso. Podría llamársele un círculo virtuoso. El experto dijo que los psicólogos solían subestimar la fuerza de la simple gratitud. “Sí hace más feliz a la gente, es ese sentimiento increíble”.
Una de las razones por las que la gratitud funciona tan bien es que nos conecta con otros, explicó McCullough. Es por eso que, cuando das gracias, debe ser en forma más personal y profunda, en lugar de una simple nota de agradecimiento por un regalo o una rápida acción de gracias antes de tomar alimentos, dicen los psicólogos.
Maryann Troianim, psicóloga del área de Chicago y autora de libros de autoayuda, comentó que poco a poco va introduciendo a sus clientes a la gratitud, a veces simplemente a través de limitar sus quejas a dos por sesión. A la larga, hace que escriban las buenas cosas que les han pasado en una especie de “diarios de gratitud”. “El ser agradecido realmente cambia tu actitud y tu perspectiva sobre la vida”, señaló.
La gente agradecida “se siente más alerta, viva, interesada, entusiasmada. También se siente más conectada con otros”, completó Robert Emmons, un profesor de psicología de la Universidad de California, campus Davis, quien ha escrito dos libros sobre la ciencia de la gratitud, y quien con frecuencia estudia los efectos de esos diarios de gratitud.
“La gratitud también sirve como un amortiguador de estrés”, señaló Emmons en una entrevista por correo electrónico. “La gente agradecida es menos propensa a experimentar envidia, enojo, resentimiento, arrepentimiento y otros estados no placenteros producen estrés”, agregó. AP
Vía La Patilla