Cuando me despierto por la mañana, mi primer pensamiento es
de agradecimiento, y esto lo hago hace mucho tiempo. Mucha gente
me pregunta porque siempre estoy sonriendo, es que tengo motivos para
estar bien y feliz: estoy viva, todavía siento el latir de mi corazón en el pecho.
A mi me gusta despabilar a la gente, despertarla, en el buen sentido de
la palabra y a eso le llaman concientizar, ayudarlas a cambiar sus vidas,
para que puedan “ser concientes de lo que hacen.” Eso es activar la
conciencia y elevarla a otro nivel de vibración. Vibrar con el amor, la paz,
la solidaridad, la justicia y todo lo que nos evoluciona infinitamente.
Somos seres evolutivos y racionales. Somos seres muy poderosos.
Creo sinceramente que la mejor forma de sanar y despertarnos de las
aflicciones que nos tienen parasitados es desaprender el odio que
sentimos por nosotros mismos que está muy arraigado en nuestro
interior y empezar a querernos sinceramente, pero a querernos
concientemente de quienes somos en realidad, aceptando todos los
clarioscuros que tenemos y aprendiendo sobre todo a no mortificarnos más.
Para ello empecé a eliminar de mi vida todos los “debería” ya no me mortifico
más con lo que no puedo hacer, y en su lugar pienso “podría” de
“poder de realización personal.” Esa es la magia, porque aprendo
a pensar diferente ante miles de posibilidades que tengo de
manifestarme, de ser de una u otra forma.
Si te concentras en esta forma de pensar, sentir y actuar, funcionará la
magia para todo lo que te propongas cambiar, porque la forma de pensar
es lo que hace que puedas cambiar lo que desees en tu vida.
Ya sabes, al cambiar tu, cambia todo a tu alrededor.
Cree en ti, no estamos locos , solo estamos descubriendo nuestro poder y
aprendiendo a compartirlo con la gente que está en la misma sintonía y
que quiere cambiar el mundo en que vivimos.
Anímate, estás a tiempo.