Afloja esa mandíbula, relaja los hombros dejándolos caer,
cierra los ojos sintiendo cómo pesan los párpados y respira profundo.
Esta no es una carrera contra el tiempo. No era la idea que te pasaras las
horas, los días, los meses… la vida, protestando por las circunstancias,
luchando con ellas y esperando las vacaciones para disfrutar. Tu vida es
otra cosa. Que puedas recordarlo y ponerlo en práctica no depende de
ninguna circunstancia externa a ti ni de nadie más. La decisión está en
tus manos y puedes tomarla en un tan sólo un segundo. Este.
Tu vida es un milagro que merece ser tratado como tal. Claro
que hay problemas y dificultades y enfermedades y disgustos.
Puedes verlos así. Es tu elección. Pero también puedes verlos
como las oportunidades que traen consigo, como los desafíos que
tú mismo te has puesto para aprender lo que has venido a aprender.
Disfruta de todo, aunque hacerlo parezca una locura, y observa cómo todo
empieza súbitamente a encajar en su lugar, cobrando sentido. Sal de tu
pequeña perspectiva mirando en cambio la imagen satelital de tu
propia vida. Comprenderás tantas cosas… Y la paz interior que
tanto anhelas será, entonces, una realidad a la que
podrás volver, cada vez que te olvides.
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