Los Abrazos, dicho así a secas pero con mayúscula, son fácilmente
reconocibles ya que sus beneficios son inmediatos:
Nos rescatan de la soledad y el aislamiento. No estamos solos,
no somos el centro del Universo. Somos el Universo.
Guían el auto conocimiento potenciando la autoestima.
Facilitan los desbloqueos físicos y emocionales.
Nos permiten vivenciar la integración de cuerpo, mente y emociones.
Nos ejercitan en la empatía.
Nos sitúan plenamente en el Aquí y el Ahora.
Favorecen la comunicación afectiva con nosotros y con el otro.
Estimulan la gratitud.
Despiertan la creatividad.
Impulsan a una actitud pro-activa en la vida.
Conectan con la intuición.
Favorecen el entrenamiento de respuestas asertivas.
Devuelven la ilusión, la alegría y el buen humor,
puesto que la risa es su fiel compañera.
Le brinda reconocimiento y protección a nuestro “niño interior”.
Potencia la resiliencia.
¿Cuántos abrazos has compartido hoy?