Está claro que los malos sueños producen miedo,
pero, además, se ponen en marcha otras emociones
subyacentes.
En un reciente estudio, los investigadores analizaron
los sueños de 331 personas y descubrieron que
muchas pesadillas desarrollaban sentimientos de fracaso,
preocupación, confusión, tristeza y culpa.
En esta investigación también se puso de relieve
que los hombres suelen soñar más con agresiones
físicas y situaciones violentas, mientras que las
pesadillas de las mujeres se centran más en las
relaciones de pareja.
Sarah Klein
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