La paz con uno mismo y con los demás es hermana gemela del equilibrio y si
de verdad deseamos la paz necesariamente habremos de poner fin
a las hostilidades luchas e inquietudes que fatigan el cuerpo y el espíritu.
El equilibrio nos vendrá siempre del interior de la aceptación propia
y de la aceptación de los demás.
Por el contrario la intranquilidad y el desasosiego tienen como
fuente primordial la batalla que todos libramos en nuestra propia mente
al proponemos objetivos incompatibles en conflicto ya que
hacemos depender nuestra paz interior nuestro equilibrio
de que los demás cambien.
Es frecuente que achaquemos nuestros estados depresivos
nuestro mal carácter nuestra desidia o nuestra desgracia a que
familiares. amigos compañeros de trabajo vecinos o conocidos
no respondan exactamente con su conducta a las expectativas
concretas que teníamos sobre ellos ni persiguen el objetivo que
nosotros les habíamos fijado.
Perdemos los nervios nos desequilibramos y atormentamos porque
los demás no amoldan su vida y su conducta a la nuestra y por eso
les acusamos de ser la causa de nuestras desdichas y de que
vivamos tan alterados.
Es absurdo hacer depender nuestro equilibrio nuestra felicidad
nuestra paz interior del cambio de conducta que lleven a cabo
otras personas en relación con nosotros sencillamente porque
al proponemos como meta cambiar a otra persona le estamos otorgando
el poder de decidir si disfrutaremos o no de paz y de felicidad.
No existe una pretensión o una actitud más inmadura e infantil
y sin embargo pocos adultos llegan a comprender en su vida que la paz
la madurez mental y el equilibrio son siempre un proceso interiordinámico
y privativo de cada individuo.
Es cada persona quien decide elige y crea su propio clima interior
y exterior de equilibrio y de paz precisamente fomentando
en su mente pensamientos de paz equilibradores de acogida y de amor.
Si no aceptamos a los demás como son con sus limitaciones y defectos
damos entrada en nuestro corazón al desasosiego las lamentaciones
y los sentimientos negativos y de destrucción-
Es cada persona ella solita quien crea sus propios estados depresivos
de frustración de venganza de confusión y de ira al plantearse objetivos
en conflicto uno de los cuales quizá el más grave sea el hacer depender
el propio equilibrio la paz mental de los cambios que realicen otras personas.
Son nuestros pensamientos quienes deben cambiar para lograr el equilibrio.
¿Cómo puede encontrar cualquiera su propio equilibrio personal y mantenerlo?
Con la auto observación con la vigilancia interior Cada vez que te
descubras a ti mismo culpando a otros de tus desgracias y problemas
pretendiendo cambiarles para que se amolden a tus deseos y pretensiones
estás alentando tu propio desequilibrio.
Siempre que dentro de ti en tu mente o en tu corazón se produzca
una reacción desequilibrada equilíbrala al instante recurriendo al amor
la comprensión el perdón y la generosidad
Bernabé Tierno
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