Según el orden natural, es el momento de días nublados y
destemplados. De cielo plomizo que amenace lluvia intensa
y temperatura desapacible acompañada de rachas de viento
. Y, sin embargo, un fin de semana con tiempo excepcional,
una luz limpia y nítida que reaviva el paisaje.
Hasta la naturaleza se revela contra la tiranía del orden.
Siempre y en cada estación puedes darte cuenta. Aunque
siga unas reglas, éstas son más o menos flexibles.
¿No te ha sorprendido alguna vez esa temprana flor que
aparece solitaria, o esos copos de nieve que trae el viento
mientras admiras un cielo despejado y cuajado de estrellas?
¿Cómo es posible que haya gente que conduce su vida
entre carriles inamovibles? Leyes no escritas pero
acatadas sin rechistar.
Mariví Amírola