Que no te digan hasta aquí
cuando tus ojos pueden ver el camino.
Que no te acobarden las miradas de reojo, los suspiros de
burlas, las murmuraciones que invalidan lo que eres.
Que no te empujen hacia un lugar al que no perteneces.
Que gastes la vida de la mejor manera, que respires libertad,
que se enrede en ti cualquier posibilidad.
Que no te apresen las reglas, ni las pequeñas mentes.
Puedes hacer lo que quieras, puedes soñar que floreces
en invierno, que eres mar, que eres y puedes ser quien
quieres ser y punto.
M. Sierra Vilanueva
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